Cada día son más conocidas las experiencias exitosas de comunidades que han encontrado en la organización y el trabajo en equipo, la forma de lograr resolver los problemas que se presentan en su entorno, que anteriormente eran dejados en manos de “las autoridades competentes”, que hoy en día en nuestro país se han visto sobrepasadas a la hora de atender los llamados vecinales.
Tan solo en la zona norte de Anzoátegui a través de sus redes sociales vecinos de Colinas del Neverí en Barcelona y Cerro El Morro en Lechería, por ejemplo dan a conocer los avances de los proyectos que asumen en comunidad, para garantizar mantener su calidad de vida y en la mayoría de los casos, trabajan en conjunto con los organismos del Estado para concretarlos.
Al respecto la Doctora en gobierno y administración pública, Carlota Salazar afirma: “ahora es que está comenzando un despertar en la sociedad venezolana hacia la participación y la solidaridad social”, para la resolución de sus problemas, “porque al venezolano se le ha caído el velo de que papá Estado lo da todo”.
-¿Por qué se ha hecho necesaria actualmente la organización de los habitantes de un sector, para resolver los problemas que se puedan presentar en el día a día?
-Porque al venezolano se le está empezando a caer el velo de la riqueza fácil, de la viveza y de que papá Estado lo da todo. Porque la sociedad venezolana vivió la opulencia, la abundancia en medio de una crisis subterránea, recuerda Venezuela una ilusión de armonía, donde todo se tapaba con dinero, pero no había crecimiento.
Los cogollos políticos y económicos impedían la participación de la gente, porque el espacio de lo público estaba reservado a ellos, a sus intereses y componendas. Pero por otra parte, el cambio de sistema político de representativo a participativo y protagónico, le acercó el poder a mucha gente y se empoderaron de su rol activo en la sociedad.
Muchos dicen que comenzó con Chávez y la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela(CRBV) pero no, ese cambio venía gestándose años atrás, desde el Concilio Vaticano sobre la participación ciudadana, el resultado de la Copre y los movimientos vecinales en toda Venezuela.
Pienso que se interpretó que el cambio era hacia un comunismo y no se ha hecho acompañamiento hacia la participación ciudadana, para evitar el comunismo.
Por eso estamos en una crisis del mismo sistema; quienes participan con el gobierno a través de las estructuras creadas consejos comunales, comunas o ciudades comunales y quienes quieren participar, pero eliminándolos o cambiándolos.
Considero que ha sido un error calificar de comunista un cambio que el país estaba reclamando, solo porque lo creó Chávez, independientemente de que seas o no del Psuv, ese esquema es importante y es necesario fortalecerlo, pero eso sí, donde entren todos: Consejos Comunales, Comunas o Ciudades Comunales democráticas y plurales.
Que el poder popular no está en la CRBV, que violentan el sistema nacional de planificación, que vacían de competencia a las alcaldías, que el Psuv utiliza ese esquema electoralmente; si todo eso es cierto, pero también es cierto que el apoyo, la contribución y los aportes deben estar dirigidos a mejorar y corregir las anomalías, no a que se eliminen.
Esa dicotomía entre lo que construye el chavismo y la negación de los opositores a darle apoyo ha impedido su fortalecimiento. Pero pese a ellos, ¿la gente quiere y necesita participar ahora y no antes por qué?
En Venezuela como país rico, con petróleo, minerales, agricultura, turismo, todo se reponía sin problema, la gente no pagaba impuesto sobre la renta, ni nada porque el Estado tenía que encargarse de todo. No había y no hay todavía, cultura de participación de solidaridad, ni de trabajo comunitario, la cultura del venezolano es individualista en la viveza, el ponme donde hay, cuánto hay pa´ eso, buscando colearse y tener un beneficio inmerecido sin esfuerzo.
Además busca su superación personal en los amigos y en su familia como lo expresa Luis Pedro España en su libro “Desiguales entre iguales”. Pero, llegó la crisis económica cuando se ha sentido que el Estado no puede solo.
El venezolano envidia el Estado del Bienestar español, pero ¿quién paga eso? Los españoles, con un porcentaje de su sueldo. Ahora es que está comenzando un despertar en la sociedad venezolana hacia la participación y la solidaridad social.
-¿Cuál sería la forma de organización más idónea hoy en día en Venezuela? –
-La que la gente decida, la forma de organización es un traje a la medida. Pueden ser asociaciones, consejos comunales u otros, lo importante es que se incluya a la ciudadanía, se les trate con respeto para que se activen en el logro de objetivos comunes en la solución de sus problemas.
¿ Estamos preparados los venezolanos para asumir esta responsabilidad para solventar problemas comunitarios, que en muchos casos es propia de los gobiernos nacional, estadal o municipal?
-No. Ninguna sociedad por más avanzada que se crea puede sola. La venezolana menos. Pero, la organización de la sociedad no puede responder a un tema partidista, la gente debe organizarse para responder a sus intereses comunes, no los del partido ni los del dirigente.
El Estado debe responder a esa necesidad de organización en forma responsable y respetuosa. Por eso hablamos del Estado Ciudadano, un Estado cuyo norte sea el fortalecimiento de la sociedad, para que se forme hacia la participación.
Esa simbiosis Estado-Sociedad es indispensable para que la sociedad se organice en la solución de sus temas, en lo que a ellos les interesa, una sociedad organizada que genere capital social. Redes donde el gobierno sea un actor más.
Proponemos la creación de un poder ciudadano no como el que tenemos ahora en la CRBV, constituido por varios entes públicos, fiscalía, contraloría, no. El Poder Ciudadano debe ser un poder autónomo, electo y que se encargue de la formación ciudadana, para la participación en los asuntos públicos.
El ciudadano debe organizarse para ser libre trabajar para ellos, su familia, su comunidad, su ciudad, que es lo mismo, y luego vota por quien quiera. El ciudadano en su organización no debe ser presa de nadie, ni manipulado, ni extorsionado por nadie, menos utilizado o comprado por una dádiva. Eso crea una sociedad de mendigos abriendo la mano para que les den, limitando su capacidad de creación y libertad. Cuando eso ocurra vamos a ser libres.
@lamanzano75
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