Guillermo Isava es un creador que no se detiene. En su casa taller recibe a sus visitantes sonriente, con su chispeante buen humor y habla de todo en poco, mientras camina de un lado a otro en medio de sus obras: pinturas, esculturas, dibujos, fotografías, picantes de su línea gourmet, bonsái y más, mucho más.
El artista plástico cuenta que llegó a Barcelona desde su natal Caracas, siendo un chamo de 12 años a pasar unas vacaciones en casa de sus abuelos que residían en pleno centro histórico de la ciudad y aquí se quedó, se formó en arte y presentó al mundo su talento.
Desde hace unos 30 años reside en el sector Portugal Abajo en la capital de Anzoátegui, teniendo muy cerca el sector Guamachito y desde allí realiza su trabajo artístico que desde hace mucho, decidió compartir con los más jóvenes a través de su actividad docente que pone en práctica desde diversos espacios como la Escuela de Artes Plásticas Armando Reverón o en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Oriente.
Isava es un personaje que todos deberían conocer, pues desde su arte registra historias, con su experiencia es un guía para muchos y con su solidaridad se convierte en un miembro destacado en su comunidad y de esta manera también se construye ciudadanía.