El filósofo presocrático Heráclito escribió “el conflicto es el promotor del cambio y a su vez es consecuencia de este”.
Los seres humanos somos seres sociales, así que voy a tener que relacionar con diferentes tipos de personas ahora que sucede cuando producto de esta interrelación tengo que articular acciones en común con el otro, que piensa de forma distinta a mí, así como también que cuenta con diferentes estrategias para hacerse cargo de la misma situación, por lo tanto, si cuento con apertura al aprendizaje puede convertirse en una oportunidad para cambiar, ahora de resistirme a validar la posición del otro e intento imponer mi criterio, lo que va a suceder es que genere un conflicto.
Cada vez que nuestro sistema de creencias es desafiado por algún punto de vista distinto, sea personal por una o varias personas, familiar, laboral, social incluso político por organizaciones públicas y/o privadas donde formo parte, voy a dar respuesta a estas situaciones desde diferentes puntos de vista, pero esto, va a depender de mi capacidad de flexibilidad para aceptar cambios así como para gestionarlos a continuación voy a compartir una interpretación del modelo de Gestión de Conflictos de Thomas y Killmann (1974), los cuales establecieron dos tendencias principales una hacia el logro de mis objetivos personales y el otro hacía cuidar las relaciones que mantenemos con las otras personas.
Entonces, cuando no logramos alcanzar un acuerdo que incluya a ambas partes en igual de condiciones; simplemente estoy perpetuando el conflicto, porque la parte que no sea tomada en cuenta se va a sentir excluida así reconozca frente al otro que ellos tienen razón algo que generalmente sucede cuando se usa la manipulación o el poder para imponerse unas estrategias que utiliza una persona competitiva, al argumentar tratando de convencer al otro, imponiendo un criterio; esto tampoco es una resolución de un conflicto; otra salida que toma una persona frente a la presión del otro es la evasión, al final simplemente el más fuerte se impone como si se tratara de una batalla de querer demostrar que tiene más poder o incluso que sabe más; esto acarrea más conflictos de forma encubierta que trae consecuencias dentro de nuestras relaciones; otra práctica común en las personas quieren mantener una relación sin conflicto es la sumisión, aunque esta postura es ceder el poder al otro, tampoco es una decisión sana, el criterio impuesto sobre el otro es un falso acuerdo porque alguien no quiso mantener su posición firme, y aunque pareciera que inicialmente sea para cuidar la relación a la larga esta situación, termina quebrándola porque existe un desbalance entre las partes, que acarrea más peso de uno sobre el otro; la única salida asertiva en todo conflicto, es alcanzar un acuerdo que le otorgue a cada una de las partes obtener algo de lo solicitado, pero para esto ambas partes también tienen que conceder algo al otro, de forma equilibrada y esto se logra definitivamente cuando ambos están conscientes de lo importante para los dos, lograr este acuerdo que va a determinar para cada uno, movilizarse, aprender y reconocer al otro, como parte del contexto de una existencia común.
Me gusta recordar que en todo conflicto, los protagonistas no son las personas, sino el acuerdo en función de alcanzar un espacio sano de convivencia, que permita la coexistencia de ambas postura, porque no se trata de una lucha de personas, sino de construir un puente que permita una circulación en ambas direcciones, al reconocer el lugar de otro como una posición válida; por ello, todo conflicto es una invitación al aprendizaje, que básicamente nos transforma hacia nuevos lugares de compresión, y que definitivamente significa transformarnos a nosotros; no porque lo nuevo sea mejor, sino que estas nuevas interpretaciones de la realidad amplia nuestra percepción de la realidad construyendo algo nuevo, así descubro nuevas maneras de relacionarme conmigo, con los otros y con todo el entorno que me rodea.
Tú, yo y todos somos responsable de la forma de todas las relaciones que establecemos con los demás, así que la próxima vez que nos encontremos frente a diferencias con otros, imaginemos que existe una ruta que permite caminar en ambas dirección, sin perder nuestra identidad, pero que no invalide al otro y viceversa; esta invitación a alcanzar un lugar de equilibrio entre estabilidad y flexibilidad crea un espacio de confianza que permite la coexistencia que nos brinda más sensación de pertenencia a todos, es un cambio que hace posible un mundo mejor para todos.
Juntos somos más fuertes…
Hendrix Marchan
Coach & Terapeuta